Ya tenemos aquí otra Navidad. Tempus fugit. El Santfeliuenc Futbol Club os desea de todo corazón Feliz Navidad y Próspero Año Nuevo. Os agradecemos una vez más que sigáis creyendo en este sueño compartido que hace unos días superó los 104 años. El 2009 ha estado cargado de buenos momentos... el ascenso del Primer Equipo, el ascenso del Alevín, la ilusión por el histórico debut en Primera Catalana, la esperanza del Juvenil y tantas otras cosas. Para todos, jugadores, entrenadores, familias del fútbol base, socios, simpatizantes, medios de comunicación, instituciones, federaciones, que estas noches de paz y palabras os traigan lo mejor. ¡Os esperamos en el 2010!

24 de diciembre de 1971
En Navidades todos somos un poco reyes magos.
Empujones y barro en los abastos.
Por una caja de turrón de café,
gente cargada con montones de paquetes
emprendió el asedio del mostrador:
cada cual hace de rey y de camello.
Cestas, bolsas, paquetes, envoltorios,
corbatas torcidas, gorros.
Olor a vodka, a pino y a bacalao,
a mandarinas, a canela y a manzanas.
Un caos de caras, y no se ve, entre la nieve,
el camino que lleva a Belén.
Y los portadores de estos modestos presentes
saltan a los transportes, se abalanzan sobre las puertas,
desaparecen en los huecos de los patios,
sabiendo, incluso, que el portal está vacío:
no hay animales, ni pesebre, ni Aquélla
sobre quien baila un nimbo dorado.
El vacío es absoluto. Pero sólo al pensar en ella,
ves de pronto luz que viene de no se sabe dónde.
Si Herodes supiese que, por más riguroso que fuera,
el milagro sería tanto más cierto, inevitable...
En el rigor de esa ley está
el mecanismo clave de la Navidad.
Y lo que se festeja ahora por todas partes
es su Advenimiento, que pone juntas
todas las mesas. Aun, quizás, no necesitan la estrella;
aunque la buena voluntad de los hombres
se distingue de lejos,
y los pastores encendieron las hogueras.
Cae la nieve; no echan humo sino suenan las trompetas
de las chimeneas en los tejados. Y las caras son manchas.
Herodes bebe. Las mujeres esconden a los chicos.
¿Quién se aproxima? -nadie lo sabe:
ignoramos cual es su señal, y los corazones
puede que no reconozcan al forastero.
Pero, cuando en el umbral el aire disuelve
la espesa niebla nocturna
surge la figura con su manto,
al Niño y al Espíritu Santo,
los sientes dentro de ti sin avergonzarte;
miras al cielo y ves la estrella.
Joseph Brodski, Poemas de Navidad
1 comentari:
se hara la carroza?
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